Internet gratis, no gracias

Ya sabemos que nada hay gratis en esta vida y que cuando algo lo parece a la larga nos puede salir muy caro. En Internet nos habíamos acostumbrado a que muchos servicios se nos ofrecieran por la cara y cuando el panorama cambia, nos sienta a cuerno quemado.

Es lo que me pasa con algunas utilidades que uso habitualmente, y que emplean la estrategia del camello. Es decir, primero te regalan la mercancía, y cuando te acostumbras a ella, te la empiezan a cobrar.

En mi caso me ha pasado con Ning, una red de redes, en la que hasta hace poco se podía crear uno su propia comunidad y gestionarla a su manera. La única imposición (por llamarla así), era una columna de AdWords, que se podía eliminar pagando una pequeña cuota. El funcionamiento era muy sencillo, por lo que construimos varias comunidades para uso profesional y personal. Incluso les promocionamos siempre que pudimos.

Hace poco me llegó un comunicado en el que me informaban del establecimiento de una cuota para las, hasta ahora, cuentas gratuitas. La cuota es asumible, pero no hay contraprestaciones de importancia por la misma. Las opciones son claras, o pagas la cuota o te vas con tus trastos a otra red similar, con los trastornos que esto puede acarrear.

Todo esto es para advertir sobre estas prácticas y sobre la necesidad de tomar precauciones con los servicios gratuitos, que pueden cambiar de un día para otro. ¿Que pasaría si mañana Facebook o Twitter empezaran a cobrar por abrir una cuenta?. ¿Seguiríamos pagando, ahora que estos servicios nos parecen imprescindibles?.

Estas hipótesis no son tan extrañas. De hecho algunas compañías de gran renombre todavía no han recuperado lo invertido en su desarrollo, aunque sus acciones suban como la espuma. Pero ya se sabe, todo lo que sube…