
Cuando se diseñan páginas web y sobretodo aquellas destinadas a los sitios de e-comerce o con una implicación muy directa en las ventas, se cae, muchas veces, en la tentación de hacerlo sin tener en cuenta al usuario final. Muchas de ellas son frías o nos cargan de una excesiva información sin ningún tipo de orden. A veces, incluso, nos abruman con un batiburrillo de ofertas que se pisan unas a otras y que hacen que la compra se vuelva estresante.
Aprovechando que los amigos de Smashing Magazine han publicado un excelente artículo sobre como deberían ser las páginas de productos, vamos a destilarlo, aderezándolo con algún condimento de cosecha propia, para ver si logramos aprender algo.