Internet killed the logo star
Volvemos al trabajo después de un duro periplo vacacional para constatar nuevamente que cada vez los diseñadores somos menos necesarios. Porque ¿quién va a pagar por el diseño de una imagen corporativa que es el nombre de la marca, en mayúsculas, y en una fuente «de palo» tipo helvética o Futura? Bueno, es una pregunta retórica, por que ya hay quien lo hace.
Mismamente las más famosas empresas del mundo de la moda están cambiando sus identidades corporativas para hacerlas más sencillas, adaptables a las necesidades de Whatsapp, Twitter, Instagram, etc., su reconocimiento por robots, mejorando su legibilidad en pantalla y la facilidad de tecleo en los dispositivos móviles. Adaptándose, en definitiva al medio dominante, Internet, y perdiendo por el camino iconos, dibujos, aristas, adornos, que las hacían identificables, para convertirse, sin más en un nombre.
El nombre lo es ahora todo y este nombre lo asociaremos a un mundo de creación y subjetividad, pero, cada vez menos, a una imagen icónica, un dibujo o la figura de un animal. La marca, como ha sido siempre, es una imagen en nuestro cerebro, con muchas connotaciones, positivas la mayoría (si los publicistas han hecho bien su trabajo).
Para muestra algunos botones:
- Rediseño de Burberry en 2018
- Rediseño de Calvin Klein en 2017
- Rediseño de Yves Saint Laurent en 2012
- Rediseño de Céline en 2018
Para los que queráis más información sobre el tema os recomiento este artículo: