Steve Jobs, el Ipad y el Santo Grial
Parece que la palabra innovación se ha convertido en el paradigma de la nueva economía. Una innovación que busca desesperadamente ese producto o servicio que, de repente, catapulte a la empresa a la primera posición de su sector, con una ventaja apreciable sobre sus competidores. En las empresas que se mueven en la primera división de esta economía de la innovación (Google, Apple, Microsoft, Nintendo, Sony, etc…), esta carrera parece casi un hecho de supervivencia. Para el resto de los mortales es simplemente la necesidad de una transformación cultural, que nos permita seguir prosperando, mediante una mayor adaptación al cambio.
Esta nueva búsqueda del Grial, ¿es en la sociedad actual una necesidad técnica, o también una táctica comunicativa y de marketing?. Aquellos productos o servicios que triunfan no son siempre los mejores, o los que mejor se adaptan a las necesidades del mercado (como nos hacen creer), sino que normalmente son los que mejor han sido comunicados (aunque es cierto que deben cumplir en gran medida las premisas anteriores).
Steve Jobs y Apple son el mejor ejemplo de esta metodología de la innovación.
- Los productos que desarrollan no son tecnológicamente de vanguardia, sino que normalmente son resultado de una síntesis de tecnologías previamente existentes.
- La compañía de la manzana espera a que, primero, los competidores muevan ficha, estudian luego los productos existentes, el mercado y devuelven estas tecnologías en un envoltorio mucho más agradable para el usuario final.
- El diseño es parte muy importante, sino la más importante en el desarrollo de producto.
- Paralelamente demuestra que las personas sí son importantes. Por un lado desde el punto de vista de la empresa (cuando Jobs salió de Apple la empresa cayó en barrena) y por el otro, por el profundo respeto que la empresa tiene por sus usuarios.
- Apple, además, incorpora, como valor añadido, el hecho comunicativo, de estatus e incluso de pertenencia a su comunidad, que es muy anterior al nacimiento de las redes sociales propiamente dichas. Apple tenía ya un a comunidad de usuarios antes de que nadie hubiera siquiera pensado en crearlas.
- La comunicación le sale muy barata, gracias a la expectación que genera en el mercado, a su amplia comunidad de seguidores (estos sí son auténticos fans) y el seguimiento mediático que ha conseguido para su empresa. (Al día siguiente de la presentación del Ipad, una gran mayoría de los telediarios del mundo recogieron la noticia).
En el caso del Ipad todo lo anterior queda demostrado. Su tecnología viene de sintetizar hallazgos previos como la propia Internet, el Iphone y sus desarrollos, las pantallas táctiles y el éxito del Kindle de Amazon. A todo ello le ha añadido un mejor diseño, una forma megachula de moverse y usarlo y unos soportes en la red desde donde descargarse nuevas aplicaciones, libros electrónicos, películas, juegos y música.
Steve Jobs más que un caballero buscador del Grial, se parece más a un Merlín capaz de generarlo por sí mismo.
En el campo comunicativo sus formas son impecables. Se presenta ante sus seguidores como uno más de ellos (vaqueros y un polo negro), les dice que trabaja con pasión para desarrollar productos que a él le gustaría tener y no encuentra en el mercado y, además, se los pone a un precio asequible (los 500$ del producto comparado con propuestas anteriores de Microsoft o HP, parecen irrisorios.) Esta tribu que le sigue, evangeliza en tiempo real al resto del mundo (En el momento de la presentación calcularon que en Twitter había ¡unos 7.000 mensajes por minuto! sobre el tema) y los medios tradicionales no tienen más remedio que recogerlo en sus informativos (sin cobrar un duro por ello). No se puede pedir más.
Voy a ser un poco malo y le voy a sacar un defectillo a su Ipad. ¿Con el nuevo invento se regalarán 5 litros de líquido limpiapantallas?. Ya sabéis, por las manchillas de dedos grasientos y esas cosas…