Innovación acompañada de diseño y comunicación
Ahora que la economía se está levantando unos milímetros del suelo volvemos a oír a las diferentes instituciones hablar de las ayudas a la innovación, un capítulo que suele desaparecer de las empresas nada más asoman los primeros síntomas de crisis. Poco se habla, sin embargo, del jugo comunicativo que se puede sacar a la innovación en las empresas.
Innovación como proceso integrado
Nada más erróneo que tratar los procesos de innovación como un lujo que las empresas no se pueden permitir habitualmente, de algo que se hace cuando las condiciones son propicias. No se puede decir “Este año que nos ha ido bien vamos a hacer cambios en el producto y las instalaciones”, normalmente es al contrario, porque es cuando no se innova de continuo que “los años no van bien”. Es urgente un cambio en la filosofía de las empresas para que la innovación se convierta en un proceso de la gestión diaria de cada organización.
El diseño en la base
Lo mismo pasa con el diseño, que debe estar integrado en el desarrollo del producto o servicio y no como algo externo que se incorpora al final como una última capa de pintura al nuevo producto o servicio creado. El diseño bien entendido afecta, además de a aspectos estéticos y de identidad corporativa, a la funcionalidad del propio producto o servicio, a la aceptación que va a tener por parte del cliente y a la experiencia de usuario que va a crear en el mismo. Un producto bien diseñado puede, además, rebajar los costes de producción y marketing posteriores.
Comunicación desde el principio, crear expectativa
Estamos acostumbrados en nuestro entorno a hablar poco de los nuevos proyectos, a ocultarlos, en parte por temores supersticiosos y también por miedo a que nuestros competidores nos puedan pisar el terreno.
En el mundo de las empresas tecnológicas es todo lo contrario, las empresas “filtran” de forma interesada sus proyectos de futuro, ya sean productos o servicios, comprueban con ello, aún antes de ponerse a realizar un prototipo, si puede haber interés social y comercial por los mismos, si la competencia tiene planes similares, o si su comunidad de seguidores (caso de Apple, por ejemplo) les va a apoyar incondicionalmente. Además, de reforzar su imagen de marca.
Entre las empresas emprendedoras el papel de la comunicación es paralelo a su propia supervivencia, la búsqueda de financiación (muchas veces a través de crowdfunding en plataformas como Kickstarter) les obliga a difundir su idea, con una mínima protección legal, apenas sale de su mesa de reuniones.
Tanto las grandes, como las pequeñas marcas pueden crear expectativas sobre su posible innovación, algunas infundadas e incluso desarrollan proyectos dependiendo de la respuesta a estas primeras comunicaciones,
Proceso de innovación, generando relato, manteniendo el interés
En los últimos años todos hemos escuchado como las empresas de marketing ponían el punto de mira en las técnicas de storytelling, y si hay algo que se adapte a este tipo de comunicación es un proceso de innovación, desarrollo o rediseño de un producto ya maduro. Tanto los éxitos o fracasos pueden servir para mantener la atención de nuestros entornos (clientes, proveedores, trabajadores, etc.) comunicativos. Quizá una de las mayores historias de innovación haya sido la carrera espacial hasta la llegada del hombre a la Luna, y uno de los relatos también más emocionantes nunca seguido en los medios de comunicación y posteriormente en novelas, películas documentales. Por acercarnos más a un ámbito comercial, la historia, fracasada, de las Google Glass, fue una de las historias de marca más noticiables. Uno de los principales éxitos de Apple es radiarnos minuto a minuto el desarrollo de sus nuevos productos y servicios… las nuevas empresas tecnológicas son expertas en crear valor para su innovación, comunicándolo , incluso aunque el proceso fracase o sea abandonado.
Pedir colaboración, multiplicar la comunicación a través de la comunidad
Las empresas que tienen éxito en la comunicación de sus procesos de I+D+i , pueden aprovechar, además, estos canales de comunicación, para recoger propuestas o sugerencias de sus futuros clientes, de sus proveedores y los propios trabajadores de la empresa, que permitan mejorar el diseño y la funcionalidad del producto o servicio que se está desarrollando. De la misma manera, si estos se sienten integrados en el proyecto podrán servir también de altavoces del propio proceso y multiplicar el efecto comunicativo. Estos aspectos los dominan muy bien empresas como Apple que cuentan ya con una amplia comunidad de usuarios activos, auténticos fans de la propia marca.
Compartir el éxito… o el fracaso
Una vez que el proceso de innovación termina para un determinado producto o servicio (nunca puede terminar para la organización), hay que comunicar la buena nueva, mediante los medios internos y externos a nuestra disposición. A veces, convocando eventos de presentación propios o utilizando aquellos foros (ferias, workshops, conferencias, etc.) a los que nuestra organización piensa asistir. Las grandes empresas como Apple, Google o Microsoft tienen sus propios eventos anuales donde dan cuenta de sus éxitos, pero también de sus fracasos, generando una comunicación activa y dramatizada de sus procesos de innovación, parte fundamental de su filosofía corporativa.
Aplicaciones a pequeña escala
Como siempre, las posibilidades de una gran empresa no son las mismas que las de una pyme o un emprendedor, pero podemos utilizar las mismas estrategias a escala. Siempre hay medios de los que hemos citado, que pueden ayudarnos: crowdfunding, blogs y boletines de instituciones de tecnología y emprendimiento, secciones tecnológicas de medios de comunicación tradicionales, las revistas especializadas tanto impresa como on-line, etc.
Y, por supuesto, nuestro propio blog y e-boletin, que podemos generar, para que estos procesos de innovación que desarrollamos sean conocidos, esperados, seguidos, difundidos y apoyados por nuestro entorno socio-económico.